sábado, 16 de febrero de 2013

El Romance Del Titiritero Motorizado

EL ROMANCE DEL TITIRITERO MOTORIZADO (y de cómo forjó su leyenda después de olvidado). Por Jorge Neira Moya

 Hace muchos, muchos veranos, cuando las hojas gobernaban las ramas de los árboles y los pájaros buscaban refugio en la sombra de sus naturales brazos, comenzó a tejerse la historia de lo que años después se tornó en un rumor, luego en una certeza, para terminar siendo un secreto cuando dejaron de cantarse sus gestas.
 Aquel delgado joven de fuertes convicciones que muchos trataban de patán, distraído o soñador, empezaba a crear sin siquiera él saberlo, el semblante del mejor titiritero que la historia haya conocido. Trovador de romance, vestido con su llamativo uniforme, moldeaba la seriedad de la gente en un cómico guión elaborado de la nada con precisión milimétrica y hacíase gobernante de la chanza, la gracia y la picardía. Ganándose con presteza la atención y el cariño de la gente. Cuanto más crecía la admiración de sus incondicionales, más simétrica a este adjetivo era la envidia de los Lores del mal. Rancios seres que se alimentaban del sufrimiento que causaban y que necesitaban bañarse en el dolor de la buena gente.
Buscando acólitos que sirvieran a sus propósitos, nunca descansaban para poner todas las trabas posibles a la enorme fama que iba ganándose el joven titiritero. Largos mechones oscuros cubrían su cara, viejas ropas eran su uniforme de gala, botas sucias las que le llevaban por los distritos, si, todo eso es cierto. Al igual que la emoción que provocaba en sus particulares comedias de modas.
 Los niños le seguían, los mayores le esperaban y todos juntos disfrutaban de su enorme corazón que desprendía amor y compasión. Pero todo se tornó oscuro, cuando las fuerzas del mal consiguieron tenderle una trampa mortal y el sonido de su motor dejó de sonar para siempre.
 Los Lores del rencor se regocijaron en su siniestra conducta, brindaron y rieron, dejando en un transparente recuerdo el carisma de aquellos años en los que el titiritero triunfó ante las masas y recibió el amor de todos sus seguidores. Su nombre se olvidó, su figura dejó de recordarse y en poco tiempo lo que fue una realidad, pasó a ser el sonido de los cuentos que contaban los mayores a sus pequeños. Al fin todo desapareció. La leyenda se hizo más y más pequeña, menos recordada y la dictadura de los Lores escribió la historia de la desdicha, donde no había sitio para la esperanza. Pero, queridos lectores, un alma prístina y clara, encontró en una vieja mansión, en una oscura habitación fría y desangelada, dentro de un triste baúl, protegido por un sucio trapo de lino, el escrito de la verdadera realidad que construyó el titiritero. Esta alma límpida, leyó y comprendió. Divulgó la destreza y la bondad del titiritero que recorría en moto los distritos. Poco a poco, el recuerdo se recuperó y pasó a ser historia y con el boca a boca se convirtió en leyenda y por fin con la caída de los Lores del mal se proclamó el mito del titiritero. Vosotros que divagáis entre la mentira, dejad que el titiritero os abrace. Vosotros que cerráis los ojos ante el miedo, dejad que el titiritero os hable. Vosotros que sufrís ante la adversidad, dejad que el titiritero os guíe. Vosotros que ya no creéis, dejad que el titiritero os muestre la verdad. El titiritero es nuestra bandera. El nuevo orden será honesto con las enseñanzas del titiritero. Ya no hay que temer las oscuras envidias y las arrogantes acciones de los Lores del mal, porque el titiritero ha vuelto.
 Jorge Neira Moya.
 Nota del editor: no he sabido colgar la foto del titiritero. pero pronto estará aqui